Adduci, Lorena
Un espacio escénico simple donde habitan tres personajes es suficiente para presentar una confrontación entre campo y ciudad, que es representada a través de la complejidad de los lazos familiares. Rancho, una historia aparte, dirigida por Julio Chávez, actor y dramaturgo argentino, invita al espectador a disfrutar de una comedia que, utilizando un humor ácido, confronta al público con diferentes temas sociales.
La obra cuenta la historia de Clara (Lucía Nocioni), nacida en Calchín, un pueblo de la provincia de Córdoba, quien en su juventud se trasladó a Buenos Aires y actualmente vive en Barrio Norte. Distanciada durante muchos años de su familia, un día recibe a su hermano Tulio (Raúl Sánchez) y a la sobrina de ambos, Susana (Trinidad Vassi), hija de su hermana menor muerta. Ellos perdieron el rancho en el que vivían por lo que se
vieron obligados a recurrir a su único pariente vivo. La historia, que contrapone los conceptos de campo-ciudad y tradición-progreso, transcurre de madrugada en una habitación del departamento de Clara. En ese cuarto se desarrollan una serie de diálogos que terminan por sacar a la luz viejos rencores familiares surgidos por la partida de Clara.
La obra provoca la risa constante de los espectadores que son sorprendidos en todo momento por los diálogos de los personajes, que cada vez van tomando más calor y efusividad. La comedia permite que, tras ese toque de humor, los espectadores se enfrenten y reflexionen sobre diferentes temas sociales y cotidianos como los conflictos familiares, las diferencias de clases, el conformismo, el habitante del campo en contraposición con el de la ciudad. En algunos de los diálogos se deja ver un reflejo de la dicotomía civilización y barbarie, como cuando Clara le pregunta a su sobrina, quien ha prendido una vela, si conoce que hace mucho llegó la luz eléctrica a los hogares.
Lucía Nocioni conduce la obra de una manera perspicaz, con la entonación y la gestualidad necesaria que permite que el espectador no se pierda en el relato. La participación de los tres actores es dinámica y precisa lo que provoca que los asistentes no disipen la atención y disfruten de la función.
La escenografía, luces, sonido y puesta en escena traslada a los presentes a ese cuarto de Barrio Norte y los hace testigos de esa reunión familiar tan particular.
Uno de los inconvenientes de esta puesta en escena es que la sala Azucena Carmona es muy pequeña, por lo que la disposición de las butacas no permite ver de manera cómoda el espectáculo, por lo que muchos de los presentes ubicados en la segunda fila tenían que moverse para lograr ver con claridad.
El domingo 6 fue la última función de la obra en el Teatro Real y según afirmó Nocioni comienzan una gira por el país en la que buscarán representar a Córdoba. Cabe destacar que la obra es una coproducción de la Agencia Córdoba Cultura y MGP Producciones y que fue realizada anteriormente en Buenos Aires por Leandro Castello, Luz Palazon y Mercedes Scápola Morán, también bajo la dirección de Julio Chávez.
Rancho es una oportunidad para aquellos que busquen conjugar la risa con las emociones.
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