Adduci, Lorena.
Desde pequeña me enseñaron que el fuego dio al hombre la posibilidad de evolucionar, pero también que uno descontrolado puede terminar con todo. Vida y muerte provocados por el mismo elemento.
Desde hace ocho días los bomberos de la provincia se enfrentan a diferentes focos de incendio en las Sierras de Córdoba. Ante esta situación me fue imposible no pensar en cómo afecta esto a los animales que viven allí.
Los incendios pueden arrasar con todo lo que tienen a su paso en cuestión de segundos, provocando la destrucción de hábitats y poblaciones completas de seres
vivos, siendo uno de los impactos más claros la mortalidad directa. Pero teniendo presente la idea de vida y muerte, quiero centrarme en algo que leí en un artículo de National Geographic y que, a pesar de la gravedad de lo ocurrido en la región, me dio una pequeña luz de esperanza creada por la idea de la capacidad que tiene la naturaleza de adaptarse y de reinventarse. En este artículo se mencionaba que, a pesar de lo catastrófico del hecho, el incendio forestal puede ser un botón de reinicio para ciertos ecosistemas permitiendo crear nuevas oportunidades para algunas especies de animales o plantas de una zona. Esto me hace suponer que no se puede generalizar y que es importante conocer el contexto para valorar los efectos de cada situación.
Desde esta perspectiva recordé que, en varias oportunidades, las Sierras de Córdoba han pasado por este tipo de catástrofes y que cuántas de esas veces admiré la capacidad de resiliencia que tiene ese ambiente. En mis retinas guardo la tristeza del negro que teñía sus lomas luego de cada incendio, pero también la esperanza del verde que un tiempo después acompañaba el paisaje. Me he preguntado muchas veces qué pasaba con los seres vivos de ese lugar y creo que, si bien es imposible que no sufran las consecuencias de la ferocidad del fuego, la naturaleza siempre nos sorprende adaptándose a estos sucesos y resurgiendo cual ave fénix de las cenizas.
Es claro, como afirman algunos expertos, que la magnitud de esta catástrofe natural depende obviamente del paisaje, de la gravedad del incendio y de las especies implicadas. Pero, es verdad también que este fenómeno siempre provoca una serie de cambios que permiten a la larga ver cómo evoluciona el paisaje y sus habitantes. Con esto no quiero restar importancia a la necesidad de evitar que factores antrópicos y
naturales provoquen estas situaciones, ya que, si bien el ecosistema puede evolucionar y modificarse para resurgir, la pérdida de especies es muy grande. Pero no dejo de admirarme de que, ante un elemento poderoso como el fuego la naturaleza, que sufre sus consecuencias, resurge victoriosa demostrando la vida detrás de la muerte.