La Reserva Hídrica Los Manantiales se encuentra ubicada a unos 5 km del centro de Río Ceballos, y promueve la conservación de alrededor de 1000 has de bosque nativo. Comenzó como un proyecto de vecinos de la zona en el 2004, que finalmente se concretó mediante la Ordenanza Municipal 1666/08. Actualmente, se financia con una tasa municipal y cuenta con dos guardaparques que cumplen con las tareas de conservación.
Retamal Borgogno, Maria Emilia.
emiret97@gmail.com
Lo que la diferencia de muchas de las otras áreas protegidas de la provincia es la importante presencia de la participación vecinal en la reserva. Cristian es uno de los impulsores de la Asociación Civil Los Manantiales, quienes realizan reuniones para discutir las problemáticas que surgen en la reserva. Él explicó que la mayoría de los terrenos son privados, pero se advierte a quienes los compran las normas que tienen que seguir para promover con la conservación.
Se puede ingresar a la reserva por la calle Alberdi. A medida que pasan las cuadras, el
camino se va volviendo más empinado y sinuoso, aunque lo suficientemente ancho como para acceder con un vehículo. Lo primero que se percibe es la cartelería que anuncia los cuidados que hay que tener en la reserva, no se permite la tala, poda, la colocación de alambrados o el desmalezado del terreno sin contar con autorización municipal.
A medida que se va ascendiendo van apareciendo las primeras casas de los vecinos de la reserva, quienes no cuentan con agua corriente, ni tendido eléctrico. Ignacio vive en la reserva, y nos cuenta que un camión de la municipalidad los asiste con agua para las necesidades diarias, pero para beber un vecino le suministra agua de una vertiente. Tampoco cuenta con vehículo, por lo que él y su familia hacen ese camino todos los días a pie para ir y volver de la ciudad. “Es muy diferente a vivir en la ciudad, no escuchas los autos, el ruido ni nada, es mucho más tranquilo” nos comentó. Ignacio nos explicó que los vecinos no quieren que se coloque electricidad, porque eso generaría que expanda la urbanización y se instalen más casas que realizan desmonte para construir. Señaló que hace algunos años todavía se acercaban algunas especies de animales a los caminos, “se veían libres e incluso pumitas, pero desde que se construye más es muy difícil ver”.
La asociación está muy presente en los cuidados de la reserva y se encargan de informar a los nuevos vecinos de las restricciones que hay en la zona. Cuando por una construcción se está realizando desmonte en la montaña, se reúnen para intervenir en la situación y evitar la tala innecesaria de árboles autóctonos. También mantienen un control estricto de especies exóticas que se encuentran en la zona, ya que algunas de ellas pueden perjudicar a la flora natural de la zona. Todas estas acciones promueven a que la reserva sea un ejemplo entre las áreas protegidas de Córdoba.
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